Al principio fue Guillermo Vilas. Sí, porque fue el campeón argentino, también conocido como poeta-escritor e incansable playboy, quien bautizó el Campeonato Internacional de Tenis de San Marino. Challenger Tour San Marino 2022
Una aventura que comenzó a finales de los años ochenta; casi por diversión, gracias a la pasión de un grupo de «pioneros» -es correcto llamarlos así- que lograron montar un torneo Grand Prix (como entonces llamado, antes de convertirse en ATP Tour) con 75.000 dólares en premios; en los campos de Serravalle (trabajando día y noche para quizás ganar el reto con los que pensaban que no podían hacerlo…) donde en el verano de 1988 fue posible admirar al zurdo de Mar del Plata, ahora al final de una carrera gloriosa. Challenger Tour San Marino 2022
Fue el boloñés Paolo Cané -su «turbo-reverso» seguro que está en el recuerdo de los no tan jóvenes- quien ganó aquella primera edición (haciendo suyo el derbi azul con Francesco Cancellotti en tres sets), que contó con otros grandes como como el argentino Alberto Mancini, el húngaro Balasz Taroczy y el iraní Mansour Bahrami, conocido en todo el mundo, también gracias a la web, como malabarista de raquetas.
Pero realmente hay muchos nombres excelentes en la historia de San Marino, que en definitiva ha sabido consolidarse a nivel mundial.
Es el caso del argentino Guillermo Pérez Roldán; que alcanzó el puesto 13 del ranking ATP, marcó dos goles en el Titán (1990 y 1991, en el primer caso superando a Omar Camporese); así como el zurdo austriaco Thomas Muster, que ganó en 1883 y 1995; año en el que también golpeó Roland Garros y pronto se convirtió en el número uno del mundo.
Una hazaña que también tuvo éxito en París para el español Albert Costa; vencedor en la Antigua República en 1996 sobre su compatriota Félix Mantilla, que se redimió doce meses después (el sueco Magnus Gustafsson fue finalista) cuando había otros buenos jugadores en carrera; como el español Alberto Berasetegui, el australiano Richard Fromberg y un jovencísimo Dominik Hrbaty.